Felicidades a los que se maravillan. Epifanía, un descubrimiento de la esencia humana. Se narra y se celebra que Dios se manifiesta y que tres extranjeros lo reconocen. La Divinidad al hacerse humana muestra la humanidad. Al ser humano le caracteriza el ser relacional: mostrarse y ser reconocido. Como a los viejos filósofos, la verdad se manifiesta y el filósofo se admira. Principio del filosofar, principio del ser humano. Aquellos tres extranjeros, Melchor, Gaspar y Baltasar dieron con las claves del ser que piensa: Oro por ser rey, dueño de sí mismo; Incienso por poseer la más alta dignidad; pero, también, Mirra, algo ante lo que parece que nos mostramos esquivos, contingentes.
Por otra parte: la necesidad de mostrarse porque todo aquello que se es se expresa, todo aquello que se expresa significa para uno mismo y para otros. Y he aquí el segundo término, la gratuidad al mostrarse y la gratuidad del reconocimiento. Y es curioso, los venidos de lejos encuentran lo que los de cerca no supieron ver, ¿será necesario alejarse para ver?
Manifestación, gratuidad, reconocimiento, señores, dignos y efímeros claves del ser persona.
No dejéis de manifestaros dignamente, alguien lo tomará para hacerse señor y eso quedará de nuestro efímero pasar.
Felicidades a los que os mostráis y a los que sabéis ver. Felicidades a los que estáis ilusionados y a los que sembráis ilusión. Felicidades a los que agasajáis y a los que os dejáis agasajar. Felicidades a los de cerca y a los de lejos.
Gracias por ser uno de los Reyes Magos cada día.
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