Dimensiones

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El inicio

La búsqueda se inica cuando se encuentra un vacío o, más bien, cuando te descubren un vacío intelectual, espiritual, emocional,... y, por qué no, también material. Es entonces cuando se inicia el viaje más maravilloso y arduo. Un viaje en el que se deja la vida para encontrarla. Un viaje largo como la vida, intenso y eterno de una longitud insignificante. Cincuenta centímetros bastan para empeñar toda una vida en el hermoso arte de disfrutar y enseñar a disfrutar. El viaje que va del cerebro al corazón. 

Educados en la frialdad de una pretendida vida cuadriculada se aprende a poner corazón a base de girones vueltos hacia la profundidad del sí mismo. Explosionados y llevados por la inercia hacia el vacío espacio exterior, se ha de invertir la fuga para retornar en una espiral invertida. En tocando fondo en las cavernosas oquedades platónicas, iniciar el ascenso, esta vez, con la mano tendida para compartir lo hallado, la propia pobreza. Pero lejos de la primacía de la razón solitaria, esta vez, una razón sentiente, sin desdeñar nunca la coincidente tangente vertical que da sentido al ascenso en espiral para no caer en el histórico péndulo de las excentricidades.
No es deleznable encontrar el propio vacío. No es vergonzosa la propia pobreza. Lo deleznable y vergonzoso es dejar al pobre en su pobreza. Lo deleznable es el silencio del olvido y la indiferencia.

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